Palabras, Palabras, Palabras
2 min readMina Mazzini y Alberto Lupo hicieron famosa la canción italiana “Parole, parole, parole” en los años setenta. Me refiero a esa canción por la importancia de la palabra. La palabra (o verbo) es el instrumento más poderoso que el ser humano posee. ¿Qué harías si no pudieras traducir tus pensamientos en palabras? Es más, ¿cómo formularias esos pensamientos en el interior de tu mente sin las palabras? Hay palabras que vivifican y hay palabras que destruyen.
Pero hay una Palabra que puede llevarte a la vida eterna o a la condenación perpetua. ¿Cómo es eso? Consciente del poder de la palabra para el ser humano, Dios envió su Palabra a este mundo. Dice la Biblia que “El Verbo era Dios… y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (lo puedes leer en el libro de Juan capítulo 1, en la Biblia). Ahora bien, la Palabra de Dios es Jesucristo, pero ¿por qué tiene que salvar Jesús al ser humano y de qué? Todo hombre es pecador (dice Romanos 3:23), por eso está separado de Dios.
Jesucristo salva al pecador para restablecer su unión con Dios. ¿Y de qué lo salva? De la condenación eterna, porque el pago del pecado es la muerte. De modo que si el hombre rechaza a Dios, se condena a la muerte eterna. Por tanto, todo ser humano debe tomar una decisión definitiva: acepta la Palabra que le asegura la vida eterna o la rechaza para su propia perdición perpetua. Así que, la decisión es tuya. Si quieres vivir eternamente, acepta a Jesucristo, la Palabra.