El Mejor Regalo del Mundo
2 min readTras enterarse de que no podían tener hijos, un matrimonio joven decidió adoptar a un chico no muy pequeño. Cuando recibieron la noticia de que había uno de diez años que necesitaba un hogar y que podían adoptarlo, se sintieron muy felices. Una vez aprobado el procedimiento, comenzaron a preparar el dormitorio del niño. Lo decoraron con pelotas de fútbol, baloncesto y béisbol. Lo llenaron con juguetes que a cualquier chico le encantarían.
Y compraron una cama grande y cómoda. Cuando llegó el día de la adopción, se reunieron con la trabajadora social, que les presentó a su nuevo hijo. De allí partieron a casa y, cuando llegaron, lo primero que le mostraron fue su dormitorio. El chico estaba asombrado. No podía creerlo. “Esta habitación tan linda ¿es mía?”, dijo atónito. La decoración deportiva, los juguetes, la cama… nunca había soñado con algo así. Pero, al poco tiempo, vieron al chico algo triste. No parecía muy feliz con todo aquello. Así que le preguntaron qué le pasaba. El niño contestó: “Me gusta mucho todo esto. Ustedes dicen que viviré en esta casa y que todo lo que hay aquí es para mí. Pero, lo que quiero saber es, ¿qué tengo que hacer a cambio? ¿Qué esperan de mí para que acepte todo esto?”.
Asombrados, los padres simplemente dijeron: “No tienes que hacer nada, solo amarnos. Lo único que queremos es que seas feliz. Nosotros ya te amamos. No hace falta nada más. Todo esto es tuyo porque te amamos”. ¡Lindo relato! Así es la historia de la salvación. Dios nos da la salvación como un regalo. No tenemos que hacer nada para ganárnosla. No tenemos que probar que la merecemos. Lo único que Dios quiere es que lo amemos.