Los reveses de Putin: seis frentes que no van como el Kremlin desearía
3 min readMoscú. 1 marzo 2022
Al quinto día del enfrentamiento bélico iniciado por la invasión rusa de Ucrania, las malas noticias que llegan a la mesa de Vladímir Putin crecen. Aunque es muy pronto para trazar un cuadro de resultados, los primeros informes arrojan muchos reveses y muy pocos logros para Rusia. Entre otras cosas, los resultados en términos militares, políticos, económicos y mediáticos no son los esperados por el megalómano Putin.
La fuerza invasora rusa ha logrado penetrar en territorio ucranio en muchos sectores de la parte oriental del país. Aunque la agencia rusa Interfax informa que los atacantes han conquistado supuestamente Berdyansk y Enerhodar, dos pequeñas ciudades en el sureste, a estas alturas Rusia no puede exhibir ninguna victoria de peso. Rusia no ha conquistado ninguna ciudad grande; no ha podido, según coinciden los servicios occidentales, establecer el control del espacio aéreo; no ha golpeado de forma significativa el mecanismo de mando y control de las fuerzas ucranias. La resistencia ucrania, en cambio, es firme, y las informaciones que llegan del país invadido apuntan a un creciente espíritu de combate, también en el sector civil, con voluntarios dispuestos a empuñar las armas. La moral de unos —que constatan que logran resistir y tienen una motivación insuperable— va al alza, y la de otros probablemente decae al constatar las dificultades. Además, los países occidentales incrementan los suministros de armas, y Turquía ha decidido impedir el paso de buques militares a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos (por los que se accede del mar Mediterráneo y el Egeo al mar Negro), de acuerdo al poder que le confiere la Convención de Montreux. La medida afecta tanto a Rusia como Ucrania, pero es más dañina para Rusia, ya que las fuerzas armadas ucranias son casi irrelevantes. Rusia ya tiene desplegada una importante flota bélica en el mar Negro, pero la prohibición dificultará movimientos futuros.
Las sanciones económicas aplicadas por los aliados de Ucrania están causando problemas a la economía rusa, aun cuando Putin afirma que estaban preparados para ello. La acción dirigida a obstaculizar el uso de las reservas del banco central ruso es una medida que no fue considerada con seriedad. La moneda nacional rusa, el rublo, ha caído un 30%, forzando al banco central a subir los tipos de interés del 9,5% al 20%, su nivel más alto en lo que va de siglo.
Por otro lado, los supuestos aliados de Rusia no manifiestan apoyo a la invasión rusa. Por ejemplo, “la actitud de Pekín frente a su aliado no debe de resultar del todo satisfactoria para Moscú”. Además, algunos países africanos, como Kenia, en vez de quedarse en una posición de cierta indiferencia ante lo sucediso, ven en la agresión a Ucrania un atropello a un proceso de descolonización posimperialista; y Kazajistán, país cuyo régimen autoritario ha sido recientemente rescatado por Rusia ante una la de protesta popular, no ha secundado a Moscú en el reconocimiento de la independencia de los territorios separatistas del Donbás. Es más, una empresa kazaja del sector televisivo y de internet ha decidido este lunes bloquear cadenas rusas alegando su rechazo a la propaganda bélica.